40 días de soledad y 2.000 km pedaleando por las montañas más duras del planeta. Caminos imposibles, incomunicación en la profundidad de los valles, controles militares y convivencia, por encima de 4.000 mts, con un pueblo único: los nómadas tibetanos, cuyas tradiciones y costumbres milenarias de incalculable riqueza cultural, están a punto de desaparecer.